Es una vez al mes que el Concejo de Regidores se reune en Santo Domingo Este y esto es dentro del necesario marco de actividades que desempeña un regidor pues le acompañan múltiples gestiones para con su comunidad además de las discuciones de tópicos pendientes en Comisiones que desembocan, al final, en el evento mensual.
Sin embargo, un escenario que deberia ser respetado carece de toda norma de respeto que comienzan desde desconocer los procedimientos hasta las implosiones de temas, interrupciones irrespetuosas y caos de comportamiento alejando el buen debate y la cultura parlamentaria.
Uno(a) a la vez nunca se cumple.
El arcoiris de regidores se componen entre los que se comportan como legisladores, los que esperan, los que participan, los insípidos levantamanos y los que hacen lo que les da la gana y aunque dicen que las «cámaras» se asemejan al pueblo es dificil que los que son cargos elegidos quieren en realidad comportarse de forma tan mal educada que deja mucho que desear pues es claro que la forma es similar no al pueblo sino a las minorías indisciplinadas y caóticas que deambulan a veces, pero no la generalidad.
Uno(a) a la vez que debe ser mandado, en teoria, por el moderador que tiene que reventar la campana interruptora hasta romperla ante tanto caos y gritería como si par de gallos estuvieran picoteándose en medio de apuestas.
Por desgracia para la ciudad, en estos escenarios es donde se discuten los temas que marcan la agenda social, los presupuestos, las ejecuciones de estos, transferencias, compras importantes, asignaciones relevantes y se pasa balance a lo que se debe, en teoría, y solo en teoría, convenir a los ciudadanos de Santo Domingo Este.
Sin que parezca una generalización, que no lo es, la realidad es que una población de un millón trescientos mil habitantes es guiada por algunos que creen que es un «relajo» debatir los problemas de los ciudadanos y se pasan horas interrumpiéndose, faltándose en respeto para desembocar felizmente en «dejar sobre la mesa» lo que puedan dejar, dando largas a lo importante porque no tuvieron tiempo de estudiar los tópicos.
Lejos de querer generalizar, sin embargo, es tiempo primero, de llegar temprano y luego, de tomar el tema de legislar y fiscalizar con seriedad pues cada minuto de ellos y cada peso que ganan es gracias a que el pueblo les dio un mandato y les paga el sueldo y este mismo pueblo no se merece estos shows de tan mal gusto.